"EN TIEMPOS DE ENGAÑO GENERALIZADO, DECIR LA VERDAD ES UN ACTO REVOLUCIONARIO"

George Orwell

4 de junio de 2010

BANKO CENTRAL




CFK disertó ayer en un seminario organizado para conmemorar el 75° aniversario de la creación del Banco Central. Como era de esperar, no desaprovechó la ocasión para desplegar sus habituales diatribas al sistema financiero internacional, subida, supongo, a la soberbia que le genera su pertenencia al G20. Tampoco se privó de ponderar su modelo de Banco Central sometido a la discrecionalidad del poder político. Sería bueno que tuviera presente que si Argentina sigue, inexplicablemente, disfrutando de esa cada vez mas comprometida membrecía, no es precísamente por los méritos que el mundo le reconozca a su gestión, ni a la de su marido, sino al prestigio internacional ganado por el país durante los demonizados´90. capital que empezó a perder, precísamente, cuando comenzó a debilitarse la independencia del BCRA. No le vendría mal enterarse del pensamiento de Ben Bernanke, una de las voces más respetadas por el mundo financiero internacional, quien sostiene que la independencia instrumental del Banco Central es decisiva para alcanzar la estabilidad de precios y la maximización sustentable del empleo. Por el contrario, asegura, subordinar la formulación de la política monetaria a los objetivos políticos de corto plazo, conduce a indeseables ciclos de auge y contracción, con el inevitable costo de inestabilidad económica e inflación.(estaría pensando en Argentina ?)
Si bien resulta imposible concebir una realidad distinta a la que el propio diseño mental impone, sería estimulante que la primera mandataria haga el máximo esfuerzo por comprender, que los errores de concepción cometidos por las economías centrales, de ninguna manera embellecen su política económica depredatoria, que desconoce las instituciones fundamentales del sistema económico en el cual estamos insertos. De paso, sería bueno que tome nota que la economía siempre pasa factura por los errores, y que el ajuste que tanto aborrece, no puede evitarse. Claro que la política puede optar por hacerlo de cara a la sociedad, echando mano a instrumentos fiscales y monetarios, que apunten a distribuir los costos, o a la argentina, de modo taimado y brutal, con una megadevaluación, lo que asegura, eso sí, que los trabajadores y los jubilados paguen toda la fiesta.

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