"EN TIEMPOS DE ENGAÑO GENERALIZADO, DECIR LA VERDAD ES UN ACTO REVOLUCIONARIO"

George Orwell

30 de agosto de 2012

Los buzones de "kichi" y el "riesgo Galuccio"

El negocio de los hidrocarburos es, esencialmente, la explotación de un recurso natural mediante una significativa inversión de capital. El costo del capital, en consecuencia, influye decisivamente -mucho más que en otras actividades- en la viabilidad del negocio. La pregunta obligada es, entonces, si es indiferente que la operación esté en manos de una empresa que se financia a costo internacional o que lo esté a cargo de una empresa que está castigada por el "riesgo argentino". No es extraño que a quienes jamás administraron ni un kiosko de barrio se les escape la tortuga cuando pretendan jugar en las grandes ligas, por más formación académica que acrediten. Lo que resulta llamativo y peligroso es que Cristina Fernández ignore cosas tan básicas, y se compre cualquier buzon del "enfant terrible" de moda, siempre que esté revestido de un adecuado packaging ideológico. No sólo la expropiación de las acciones de REPSOL no resultó ser el prometido maná de una nueva caja para alimentar la insaciable voracidad de un gasto público desbordado, sino que -por añadidura- traía el regalito de compromisos disparados por la propia decisión. La resultante de los delirios oficiales es la mendicante apelación del flamente CEO de YPF, -sólo le faltó decir que les hablaba con el corazón-ofreciendo insólitamente su credibilidad personal para avalar los compromisos de la empresa.  Cómo medirá el "riesgo Galuccio" con relación al MBI ? 

20 de agosto de 2012

Traduttore, traditore


“Traduttore, traditore” (traductor, traidor), reza un proverbio italiano que intenta significar lo traicionera que puede resultar una traducción.

Parece que “Alló Cristina” va por todo, y apuesta a empinar su rating incorporando personajes mediáticos internacionales de alto cachet, que amenazan el liderazgo local de figuras como Jacobo Winograd o Guido Suller. En la edición del 14.08 compartió cartel con Joseph Stiglitz. Como corresponde a un buen partenaire, el economista favorito de Palacio reiteró su edulcorado repertorio de elogios acerca de la -a su juicio- “exitosa” salida de la convertibilidad, que aconseja replicar para mitigar la crisis europea, intervención que resultó un inestimable puente de plata para introducir las sesudas reflexiones de la diva. Omitió apenas un par de detalles, que valdría la pena recordarle: a) El ponderado “suceso” le costó a los trabajadores un 40% del poder de compra de sus salarios, que tardaron seis años en recuperar, y b) La situación europea no resulta comparable, ya que la deuda de los países está nominada en su propia moneda, y cuentan con el BCE como prestamista de última instancia.

Uno de los momentos más coloridos del show, fue la inexacta traducción -muy funcional al “relato”- de la referencia que hizo Stiglitz a la flexibilidad regulatoria concedida a los bancos de EEUU en los ´80, eximiéndolos de contabilizar a valor de mercado algunos activos muy depreciados, para evitar el derrumbe del sistema. Si se atiende con atención a sus palabras, su expresión en inglés habló de “phony accounting”, que por estas playas solemos traducir como “contabilidad creativa”. Mediante un sospechosamente espontáneo -y muy festejado- exceso verbal, la enfervorizada intérprete tradujo el giro como “trucha”, dando pie a la protagonista para reafirmar el registro barra brava que ha ganado su discurso: … “ya que vamos a truchar, truchemos todos”…, propuso, como intentando justificar la falsificación de las estadísticas públicas, que en rigor no constituye una picardía, sino un delito. 

Cristina Fernández tal vez ignore, por otro lado, que ese recurso contable que tanto la escandaliza en el caso de los bancos estadounidenses, embellece la valuación de los Bonos "cuasi-par" que integran la cartera del Fondo de Sustentabilidad de la ANSES, de cuya alta valorización suele ufanarse.

18 de agosto de 2012

La impostura como doctrina

IN BELOVED WE TRUST
Técnicamente, se entiende por Soberanía monetaria a la potestad política originaria del Estado para organizar, regular y gestionar el Sistema monetario.
En nuestro país, el concepto constituye una muletilla para los creadores de engaños, que tanto lo pueden usar de coartada para legitimar el envilecimiento de nuestro signo monetario (ver aquí)(aquí) como para garantizar la impunidad de funcionarios corruptos.(Ver aquí)
No se les puede negar su condición de discípulos aventajados de Manés Sperber, aquel intelectual estalinista, que en "La bahía perdida" les legara su lección más preciada .. "ocultaremos la impostura con las mentiras y las mentiras se convertirán en verdad, y la impostura dejará de ser impostura".


16 de agosto de 2012

Los desaparecidos de Cristina

..."no tienen entidad, no están, están desaparecidos"...

Estas aborrecibles y dolorosamente célebres palabras, bien podrían aplicarse para describir cabalmente la situación de 4.500.000 de argentinos.
Acaso viven envueltos en el manto mágico de Harry Potter o munidos del "casco de la invisibilidad" que Hades le facilitó a Atenea ?
Lamentablemente no se trata de fantasía ni de ciencia ficción, sino de un perverso y deliberado mecanismo de ocultamiento. Me refiero al colectivo que integran quienes perciben un ingreso que no les permite acceder a la llamada "Canasta Básica Total" a los precios vigentes en las distintas bocas de expendio, pero que el gobierno pretende simular lo contrario, mediante el arbitrio de falsear inescrupulosamente los precios de los productos que componen dicha canasta, inventando valores que arrastran un atraso acumulado superior al 80 %. La contumacia oficial pareciera empezar a encontrar -al fin- una linea de resistencia social al abuso, a estar por la extendida condena que ha merecido, en esta oportunidad, el provocador postulado oficial de que se puede comer por seis pesos diarios.

10 de agosto de 2012

PESEBRE


Cristina Fernández sigue fatigando audiencias con su pretendida erudición, a partir del guión que le escriben, que repite, aparentemente sin saber que está diciendo. En una de sus recientes apariciones, en ocasión de la mejora de las instalaciones de una terminal portuaria, recitó unas estadísticas de movimiento de cargas expresadas en TEU (Twenty-foot Equivalent Unit) debiendo preguntar a sus aplaudidores, qué significaba. En la misma semana, refiriéndose a una explotación de arroz en Chaco, habló de cultivo de secano sin tener la menor idea de que era, demandando una vez más el complaciente auxilio de la comparsa de aduladores que la rodea.
Con ser lamentables, estas limitaciones no alcanzan la gravedad de sus comentarios acerca del significado de la performance de los Bonos argentinos, que revelan un preocupante grado de confusión acerca del estado de nuestra economía.

Diapositiva proyectada en la Bolsa
 
En el curso del show montado en la Bolsa de Comercio para celebrar la última amortización de capital del BODEN 2012 -expresión que reiteró cuatro días después en ocasión de la presentación de un Programa de Salud en la Casa Rosada- exhibió con orgullo el rendimiento de los Títulos de Deuda como una señal de fortaleza de la economía, ignorando que, por el contrario, la alta rentabilidad de los Bonos es la más cabal expresión de la desconfianza de los inversores en nuestro país. Con su criterio, la Tesorería de EEUU debiera estar seriamente preocupada por el magro rendimiento de los Treasury Bonds.