"EN TIEMPOS DE ENGAÑO GENERALIZADO, DECIR LA VERDAD ES UN ACTO REVOLUCIONARIO"

George Orwell

10 de febrero de 2012

Nunca salgas sin ella

REQUIEM PARA EL "nunca menos"

La desbordante irrupción del tema subsidios en el debate público no resulta para nada sorprendente, si aceptamos que constituye la primera explicitación -inevitable- del agotamiento del "modelo". La estampita del paraíso "K" se empieza a desteñir. Más allá de las piruetas dialécticas -lo de "Juanpi" Schiavi esquivando la palabra maldita, fue de antología- o de la retórica rupestre de De Vido, es inocultable que el tema despierta una suerte de reacción alérgica inédita para la articulada comunicación oficial, y genera una indisimulable desorientación en el discurso. Pareciera que el talento creativo que tan eficaz resultó para comunicar la abundancia no atina a encontrar los modos, a la hora de tener que vender adecuadamente la escasez. No es un tema menor. Convendrá monitorearlo, porque asoma como una incómoda vulnerabilidad.
El culebrón de la tarjeta SUBE regala múltiples aristas para la reflexión. Empezando por la referencia a la alta conflictividad potencial contenida en los problemas del transporte público, que remite -reconociendo las oceánicas diferencias- al Caracazo de 1989, o a la Crisis del Transantiago de 2007, ambos episodios ocurridos, curiosamente, en el mes de Febrero. 
Un abordaje desde lo general a lo particular, no puede omitir la llamativa naturalidad con que se procesa desaprensivamente una política pública arbitrariamente discriminatoria. La cuestión pone al desnudo que vivir en el AMBA nos hace acreedores al privilegio de recibir una ayuda del Estado, diez veces mayor que la que merecen, por el mismo concepto, nuestros compatriotas que eligieron residir en otro rincón de nuestra geografía.  
Por otra parte, la pueril argumentación oficial ofende la inteligencia ciudadana. Su propia formulación constituye una flagrante contradicción en sus términos, ya que su promovida masividad atenta contra el propósito declamado de ser un instrumento para introducir racionalidad en la asignación de beneficios sociales. De un lado, porque el medio de pago de un servicio mal podría ser un adecuado atributo de elegibilidad para acceder a un subsidio; por el otro, porque la promesa oficial de beneficiar a todos los tenedores de la tarjeta es fácticamente inconsistente con la imperiosa necesidad de reducir, en algúna porción significativa, la sangría que representan para el Tesoro los $ 19.000 M que demanda atender el subsidio.

1 comentario:

  1. Me parce excelente nota. Triste descenso de los argentinos a quienes un empleado nuestro nos llama dormidos. y respondemos con mas colas y mas sumision.

    ResponderEliminar