"EN TIEMPOS DE ENGAÑO GENERALIZADO, DECIR LA VERDAD ES UN ACTO REVOLUCIONARIO"

George Orwell

26 de mayo de 2011

ENCUESTANDO POR UN SUEÑO


Una de las vigas maestras de la estrategia electoral del gobierno es una suerte de INDEC de pronósticos electorales, que impecablemente define Jorge  Asís como el “FRENTE ENCUESTOLOGICO PARA LA VICTORIA”, troupe de consultores militantes encargados de instalar la consigna “Cristina ya ganó”. Con una enjundia admirable, Doris Capurro, Roberto Bacman -recordado oráculo que el 28J a las 23 hs. nos aseguraba el triunfo de Néshtor-, Ricardo Rouvier, Analía del Franco, entre otros, comandados por el Encuestador Mayor de Palacio, Artemio López, trajinan esforzadamente los pasillos de los canales de cable, predicando la buena noticia.

Si bien el propio sentido común induce a relativizar el valor predictivo de sondeos tan prematuros, aún de aquéllos no contaminados, el  saber experto viene ahora en nuestra ayuda para reforzar  esa presunción. Dos profesores de ciencia política, Christopher Wlezien, de Temple University y Robert Erikson de Columbia, realizaron una minuciosa y documentada investigación respecto de las elecciones presidenciales celebradas en EEUU en las últimas seis décadas, donde correlacionan el nivel de acierto de las encuestas electorales con el grado de anticipación respecto del comicio, con que se llevaron a cabo. El resultado pone en evidencia que sólo alcanzan un razonable grado de precisión aquellas encuestas concretadas a partir de los treinta días previos a la elección. Como referencia, a cinco meses de una elección, que es la coyuntura que estamos transitando, el valor predictivo no supera el 50%. Esta comprobación, verificada para un país cuya limitada volatilidad política puede inferirse a partir de un calendario electoral que no se ha alterado en más de dos siglos, descalifica cualquier pretensión de anticipar de modo concluyente el comportamiento electoral de octubre. Una multa a la derecha, Guillermo...!!

Pero no sería socialmente razonable desaprovechar semejante fervor encuestológico militante. Por qué no, entonces, un “Encuestando por un sueño”, donde toda la troupe compita por el “Javier Otaegui de Telgopor” ? 




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