"EN TIEMPOS DE ENGAÑO GENERALIZADO, DECIR LA VERDAD ES UN ACTO REVOLUCIONARIO"

George Orwell

19 de abril de 2011

El felpudismo no paga

La polémica desatada a partir del Decreto 441/2011, que arbitrariamente deja sin efecto el tope del 5% en los derechos políticos de la ANSES como accionista minoritario, en aquellas empresas cuyas tenencias acccionarias le fueron transferidas a consecuencia de la expropiación de los ahorros de los trabajadores que administraban las AFJP, invita a una reflexión acerca de las calidades de nuestra dirigencia empresaria.

En verdad, la decisión en cuestión es directa consecuencia del desconocimiento de los derechos de los trabajadores sobre los fondos que tenían depositados en las AFJP, que fue apenas tibiamente cuestionada por las centrales empresarias, cuando no tácitamente apoyada, si bien gracias a WikiLeaks nos venimos a enterar que fue criticada con sordina ante LA EMBAJADA. Así ocurre desde 2003, en que la cúpula del empresariado, salvo muy honrosas excepciones, parece haberse convertido en un club de aplaudidores seriales de las arengas de Olivos.

Debe reconocerse que a NK le bastó apenas el montaje de la realidad ficcional de un poder omnímodo, para someter precozmente por el miedo, a un empresariado reconocidamente adocenado, prebendarlo y servil.
Pero hay dos episodios que resultan absolutamente paradigmáticos:

* El 10 de diciembre de 2007, en un encuentro organizado por la Cámara de Comercio Argentino-Venezolana en el hotel Sheraton de Buenos Aires, 500 empresarios argentinos aplaudieron calurosamente las citas de Fidel Castro que hizo Hugo Chávez Frías, presentado como “comandante” por el hoy diputado Carlos Heller.

* Dos años antes, el 25 de noviembre de 2005, en el marco del 41° Coloquio de IDEA, en Mar del Plata, la elite del empresariado vernáculo ovacionó al por entonces Ministro de Economía, Dr. Roberto Lavagna, que los había adoctrinado sobre las restricciones al derecho de propiedad.

En rigor, si nuestra sociedad atesora un mercado negro de valores, los empresarios pueden considerarse entre los operadores más aventajados. Resulta difícil imaginar mayor claudicación que renegar de los propios principios.

Por eso, en esta hora en que ven amenazado su derecho a ejercer la conducción de sus empresas, bien les cabría aquel reproche que la leyenda atribuye a la Sultana Aixa, cuando le recriminó a su hijo Boabdil, último rey moro de Granada, afligido por la derrota a manos de los Reyes Católicos:
 "No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre"

1 comentario:

  1. Ricardo, realmente muy bueno el post.
    Creo que reflejáste muy bien una de las tantas contradicciones de nuestra "argentinidad" empresarial.

    Saludos

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