El revuelo mediático parece haberse mudado de las marquesinas a la política. En este escándalo propio de "Intrusos", que envuelve a los dos Jefes de Gabinete del régimen, y que constituye una inocultable señal del estado de descomposición que lo atraviesa, Alberto Fernández expresa en un párrafo de su explosiva carta a la Presidenta :
"La novela de George Orwell 1984 transcurre en un Estado en el que existe un "Ministerio de la Verdad" dedicado a manipular o destruir los documentos históricos, para que las evidencias del pasado coincidan con la versión que de la historia quiere imponer el gobierno en cada coyuntura. Tal vez sus aseveraciones pueden entenderse como un intento de trastocar lo ya sucedido y construir una historia que, acomodada a sus actuales conveniencias, le haga más llevadero aquello que le resulta difícil de explicar."
No deja de resultarme curioso que sea justamente él, quien apele a la misma analogía con que precísamente lo distinguí en el prefacio de mi libro "LAS PUERTITAS DEL DR. K", publicado en Octubre de 2007, cuando expresaba (pag. 13/14) que "la única construcción política genuina del legado K" era "la capacidad dialéctica del gobierno para negar la realidad, para vivir en el reino de lo ficticio, un mundo inventado en el que todo es de la forma en que el Presidente quiere que sea. En ese universo "orwelliano", Alberto Fernández encarna a nuestro Ministro de la Verdad"
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