Está comprobado que el estómago de amianto del peronismo K puede digerir con la misma naturalidad tanto a un Heller como a un Boudou. Después de esto, puede alguien sorprenderse del desencanto que despierta una política que ha renunciado a ser un instrumento de articulación social y de construcción de un modelo de país, para transformarse en un pornográfico juego electoral ?
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