El argumento central con que -casi sin excepción- analistas y medios califican la magnitud de las consecuencias del cisma sindical promovido por el gobierno para debilitar a Hugo Moyano, enfatiza que el mapa gremial resultante muestra al movimiento obrero atomizado en cinco centrales. Acaso antes estaba unificado ?
Resulta llamativo que quienes casi a coro así opinan, no tengan presente que al momento de la ruptura ya existían cuatro centrales; a saber: la CGT conducida por Hugo Moyano, la "CGT Azul y
Blanca" de Luis Barrionuevo, la CTA oficialista de Yasky y la CTA
opositora de Micelli. El cambio relevante, que sin lugar a dudas anticipa consecuencias políticas significativas hacia el futuro, no es otro que la emergencia de una CGT bifronte, y no el crecimiento relativo del número de fragmentos que, en rigor, sólo pasa de cuatro a cinco.
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