En un marco dinástico-espiritista, el tercer capítulo del régimen anticipa más arrogancia y autocomplacencia apologética (reiteración de la larga y tediosa retahíla autocelebratoria), más intervencionismo (..."el jefe de la economía argentina se sienta acá"....), más discrecionalidad (..."vamos a ir empresa por empresa"...), y profunda incomprensión de la crisis internacional (..."Ese spread de diferencias, es el endeudamiento y parte de lo que está pasando junto a los imbalances mundiales hoy en la economía mundial. Una economía que no se basa en la economía real, sino en una economía financiera"....)
Animo....!!!!!
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