Así se expresa nuestro conocido Paul Krugman, cada día mejor ponderado por la heterodoxia económica vernácula, en una reciente columna en el New York Times. Pero aunque parezca mentira no se está refiriendo a nuestro país, que con frecuencia ocupa su atención ultimamente, sino a Hungría y el envilecimiento que está padeciendo su sistema político como derivación de la crisis europea. Convendrá poner atención en su prolija semblanza de un régimen autoritario y la asombrosa simetría con la visión que devuelve el espejo de nuestra realidad institucional. Tal vez esta lúcida mirada política no despierte una admiración equivalente de la fauna "nacandpop" local.
13 de diciembre de 2011
Krugman y el envilecimiento institucional
".................está adoptando una serie de medidas para eliminar a la oposición. Además, la independencia judicial ha sido limitada y se ejerce represión sobre los medios independientes. Esto equivale al restablecimiento de un régimen autoritario, apenas encubierto por una delgada capa decorativa de democracia................."
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