Tal vez pueda
aparecer admisible que el amateurismo político de Kichi no le permitiera advertir
que estaba mentando la soga en la casa del ahorcado, cuando previno -no despojado
de cierta candidez- acerca del riesgo de agotamiento de los dólares, durante su
presentación del Presupuesto 2013 en el Congreso. Lo que resulta inaceptable es
la pretendida resurrección de la “restricción
externa”, como coartada para encubrir la chapucería de la política
económica ensayada en estos años, simulando ignorar que el ciclo del “deterioro de los términos de intercambio”
ha quedado afortunadamente sepultado por las condiciones de funcionamiento que
presenta la economía mundial en los albores de este siglo XXI.
Baste tener
presente, sin abundar en detalles, que -de la mano de los agrodólares- el ratio
de nuestras exportaciones sobre el PBI pasó de un 9% promedio (1980/2001) a un
24% promedio, en la última década. Hace falta agregar algo más para desnudar la
falacia ?
La explicación
que se me ocurre conjeturar es que el joven “Alec”,
como socarronamente lo llama Moreno, pueda haberse sometido a un proceso de
borrado de memoria, como el personaje que desempeñaba Kate Winslet en aquel
recordado film de Michel Gondry, para eliminar de su cerebro los conceptos que defendía
desde el CENDA menos de dos años atrás, en ”Notas de la Economía Argentina” (7)cuyo
Consejo de Redacción integraba, donde sostenía:
“El talón de
Aquiles del esquema de la posconvertibilidad ha sido, sin lugar a dudas, la
infl ación. Echando una simple mirada a la relación entre el tipo de cambio
nominal y el nivel de precios puede constatarse la difi cultad que comenzó a
experimentarse en la competitividad, cada vez con mayor intensidad, una vez que
se desató el proceso infl acionario”, o
“A partir de
2008 el actual patrón de crecimiento pareció chocar contra sus propios límites.
La política económica basada casi exclusivamente en el dólar alto y las
retenciones, que había servido para sostener el apretado ritmo de recuperación
durante un quinquenio, perdió parte de su efectividad. El confl icto latente se
manifestó, como otras veces, en la aceleración de los precios internos, lo que
a su vez introdujo una tendencia a la apreciación de la moneda, poniendo en
riesgo la propia continuidad del esquema”.
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